Generalmente las tiendas abren a primera hora de la mañana hasta las seis de la tarde, menos el lunes por la mañana que se deja para el descanso y el día oficial de compras: el jueves. Abren hasta las nueve y las calles se llenan de turistas que pasean con bolsas de las mejores firmas.
No faltan pequeñas tiendas de anticuario con un diseño interior irreprochable, en particular en las calles que desembocan en la plaza Vrijthof, a la izquierda del río Maas. Es una de las zonas más antiguas de la ciudad y de Holanda. Entre escaparates exclusivos en los que no faltan Escada, Tommy Hilfiger o Clarks.
Pero no sólo hay tiendas de alto standing. También podemos disfrutar del auténtico mercado en Marktplaats, cerca del Vrijthof. Casi todos los días los puestos se llenan de atractivos artículos para el mejor gourmet o para aquel que disfrute creando sus propios complementos.
Si queremos dar tregua a nuestro bolsillo, hay pequeñas terrazas de cuento, que en invierno nos regalan el calor de pequeñas estufas para disfrutar del café o de la tarta vaail (una especie de tarta de frutas que es especialidad local).
Tampoco te pierdas un centro comercial integrado en la calles de la pequeña ciudad: los escaparates se amoldan a la perfección a muros de piedra o a los adoquines de la calle, sin dejar por ello de ser moderno. El centro, que lleva por nombre Entre Deux, ha ganado recientemente el Premio al Mejor Centro Comercial Europeo (Best European Shopping Centre 2008). Además, se encuentra al lado de la que es considerada una de las mejores librerías del mundo. Selexyz Dominicanen bookshop, una preciosa iglesia convertida en tienda de libros.
Angel Schlesser
